Nuestros
padres no son culpables
Por Angela Marulanda, Autora y Educadora Familiar |
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Parece que olvidamos que las faltas de nuestros padres fueron producto de su ignorancia o de su propia historia, pero en ningún caso de una deliberada intención de perjudicarnos. Así que para corregir nuestros deficiencias hay que dejar de culparlos y comprender que somos el resultado tanto de sus fallas como de sus aciertos. Y que su amor por nosotros fue lo suficientemente poderoso como para infundirnos el deseo de ser padres profundamente interesados en darles lo mejor a nuestros hijos. No se trata
de hacer las paces con nuestros padres para superar las heridas que nos
dejaron. Se trata de hacerlas con la vida, comprendiendo que nuestro paso
por el mundo no es sólo un trayecto de vivencias positivas y agradables
sino también de sufrimientos y luchas, y que nuestros padres contribuyeron
tanto a las unas como a las otras. Pero que todas estas experiencias,
buenas y malas, tienen mucho que aportarnos al proceso de construirnos
y llegar a ser los padres que soñamos tener y las personas que
queremos ser. En esta forma podremos sentir por ellos la gratitud y respeto
que deseamos que nuestros hijos sientan por nosotros, a pesar de que seamos
tan humanos y falibles como nuestros propios progenitores. www.angelamarulanda.com |